Aquí
podeis leer los cuatro Microrrelatos que salieron ganadores del "II
Certamen de microrrelatos Giner De Los Ríos"( 2015).
Primer premio categoría general, José Manuel Esteban
martínez “El último Lance”
Jamás
pensó Iván que su padre, un hombrecillo de aspecto tristón con el que rara vez
coincidía, fuese aquel valeroso caballero que salía cada madrugada en busca de
increíbles aventuras. Vestido de traje y corbata, como de costumbre, para no
revelar a nadie su verdadera profesión, regresaba siempre bien entrada la
noche, fatigado después de un día repleto de emociones e inimaginables
experiencias.
Iván siempre le aguardaba despierto, ansioso por escuchar las aventuras que su
padre le relataba. Y mientras lo hacía, el niño imaginaba el aspecto de
aquellas terribles criaturas a las se enfrentaba o los increíbles tesoros que
custodiaban y que siempre lograba arrebatarles. Aquel efímero instante, tal vez
por ser el único que ambos pasaban juntos, era para Iván el mas especial de
todos cuantos experimentaba.
Un mañana le sobresaltó la voz quebrada de su padre. Observó cómo salía de casa
precipitado tal vez para enfrentarse a una nueva y peligrosa aventura. Sospechó
Iván que no le esperaba una empresa sencilla. Y no erró. Supo después que el
poderoso dragón al que se enfrentó se defendió de forma tan encarnizada que
logró traspasar con su cola puntiaguda la férrea armadura hasta alcanzarle de
lleno el corazón.
Y el corazón dejó de latirle solo por un instante.
El caballero después, con voz temblorosa y el cuerpo todavía maltrecho,
relataba aquel lance desde la cama del hospital. El niño, sabedor que el
valeroso héroe no volvería a enfrentarse jamás a otra aventura similar, tomó su
libro de dragones y caballeros, aferró con fuerza la mano de su padre y le
explicó que, puesto que su valía había quedado ya sobradamente demostrada, a
partir de aquel momento ya no tendría que salir nuevamente en busca peligrosas
aventuras. Ahora las vivirían juntos desde las páginas de aquel libro. Y para
el bravo caballero, aquellas tardes ociosas que comenzaron a pasar juntos se
convirtieron pronto en las más valiosas de todas las riquezas que jamás
consiguió atesorar.
Segundo premio categoría general, María Llorens Muñoz, “Su primer viaje”
Mazen
tenía que hacer la maleta. Apenas unas horas antes su madre le había dicho que
debían partir hacia un destino desconocido. ¿Y qué debía llevar? ¿Y qué debía
dejar? Era difícil que los 11 años de su existencia cupieran en aquella pequeña
maleta roja que con tanto cariño le había regalado su abuela Hala en su octavo
cumpleaños. Le había prometido que cuando tuviera la edad suficiente lo
llevaría de viaje con ella. A él le gustaba mucho escuchar las historias que
contaba sobre sus viajes por toda Asia y de los lugares tan maravillosos que
había visitado como la ciudad de Petra en Jordania, la Cúpula de la Roca
en Israel o las Ruinas de Persépolis en Irán. De ellos guardaba hermosas
fotografías que recopilaba en un álbum que había confeccionado ella misma.
Estaba seguro de que, si su abuela tuviera que hacer una maleta como la suya,
lo primero que echaría sería ese álbum. Para él lo más difícil era tener que
dejar allí muchas de sus pertenencias, como la edición especial de
"El Principito" que su padre había comprado en un viaje que había
realizado a Damasco. Era un niño al que le gustaba mucho leer y ese libro le
había enseñado lo pequeño que es todo lo que poseemos comparado con la
inmensidad, que siempre hay algo por lo que sentirse afortunado y que para
ser feliz hace falta muy poco. Definitivamente ese libro tendría que
llevárselo, pues releerlo, podría serle útil en ese futuro incierto que se
avecinaba. Su madre volvió a llamar a la puerta, había llegado la hora de
partir, dejar su tierra, su hogar, lo que siempre había conocido. Quien le iba
a decir que su primer viaje sería una huída de ese infierno al que llamamos
guerra.
Primer premio categoría escolar, Hugo López Navarro
(Alumno de quinto) “La aventura de Noa”
Por
fin había terminado el cole, estábamos de vacaciones, se habían acabado los
exámenes, eso me ponía muy contenta, aunque también triste porque me tenía que
separar de mis amigas durante mucho tiempo.
Cuando
llegué a casa mamá ya tenía las maletas preparadas así que monté en el coche.
El
viaje fue largo y aburrido, me quedé dormida rápidamente, cuando desperté
estábamos ya en el pueblo donde pasaría el verano.
Al
bajar del coche vi en las escaleras del apartamento a una niña sentada leyendo
un libro, era grande y tenía las tapas rojas, al pasar al lado de ella me
saludó.
-Hola
me llamo Noa.
-Hola-
contesté y entré detrás de mis padres.
Por
la ventana veía a Noa allí sentada sin parar de leer
-
¿Por qué no bajas a jugar con esa niña? -preguntó mi madre
-
¿Puedo? -dije yo
-
¡Claro!, yo colocaré tu ropa.
Así
que bajé para conocer a Noa
-
¿Puedo sentarme contigo? -pregunté- Me llamo Olga
-Encantada
de conocerte Olga, ¿quieres que leamos juntas?
-Sí,
me encanta leer
-Pero
cuidado, este es un libro muy especial, es un libro viajero, puede llevarte
donde tú quieras.
-
¿Podría de verdad llevarme a cualquier sitio? Me encantaría visitar Londres-dije
Noa
me dijo que cerrase los ojos, puso las manos sobre el libro y dijo en voz baja:
-Nos
encantaría ir a Londres
Cuando
volví a abrir los ojos no podía creérmelo, estaba en Londres, delante del
palacio de Buckingham, con la guardia real y si me giraba podía ver el Big Ben,
y autobuses de dos plantas, y cabinas telefónicas rojas…
Alguien
me llamó por mi nombre y al volverme vi que era mi madre, había vuelto al mundo
real, miré a Noa y sonreí ¿Dónde nos llevaría el próximo viaje?
HASTA EL PRÓXIMO VIAJE
Segundo Premio Categoría Escolar, Jesús Lorenzo Soriano
(Alumno de sexto B), “La Prueba”
Era una mañana cálida y soleada, los pájaros volaban por el
cielo celeste, y una brisa floral anunciaba la llegada de la dulce primavera
llegando a Rueda Verde, una pequeña aldea perdida entre la espesura de la
montaña, se situaba por el norte de Italia.- Ese día me despertaban.
-¡Jairo si no te despiertas vas a llegar tarde a la escuela!
-Vale mamá ya me despierto.
-Muy bien, vístete, yo te preparo el desayuno.
Yo era un niño tímido, con pelo castaño y ojos de un color
almendrado, me gustaba mucho leer, cantar, y bailar.
-Me vestí y bajé a la cocina a desayunar.
-Copitos de maíz y leche ¡Mi desayuno favorito!
Me lo comí, y me fui al colegio.
En la aldea solo había un colegio, y cinco tiendas de comida.
Cruce el rio, pase por la colina y llegué.
Era un edificio hecho de madera con dos plantas, se llamaba:
waterblue. Entré, y saludé a la profesora, se llamaba Nieves, era muy
simpática, íbamos a sexto. Me senté con mis mejores amigos Blasco y Deivid.
Deivid tenía 11 años de pelo rubio y ojos azules le
encantaba la lectura, muchas veces nos intercambiábamos los libros, Blasco era
un niño de la misma edad con ojos verdes, pelo marrón, le gustaba la música y
el deporte de riesgo.
José un señor de mediana edad, un poquito calvo pero ágil,
el monitor que nos guía todos los años, con el colegio a la montaña, a
hacer un juego que nos enseña algo importante, todos esperamos impacientes esta
excursión, este año el juego es: Las pistas.
-Esconderé ocho pistas por la montaña, y toda la clase tendréis
que averiguarlas -dijo el monitor.
-La primera pista dice: un lugar de noche y de día, da la luz
todos los días.
- … ¡Ya lo sé! –exclamó Deivid.
-Según mis cálculos tendría que estar en el lado paralelo de la
montaña, ahí siempre da luz del sol y la luna –ahí estaba la pista.
- ¡Bien!
-La siguiente pista dice: escala la colina, muro de agua
cristalina su secreto está detrás de la cortina.
- ¡Ya sé! –exclamó Blasco
-Escalare la colina hasta la cascada
Blasco escalo la colina y cogió la pista.
¡Hurra!
Leímos la última pista:
Entre árboles está, dos vueltas as de dar,
sigue siempre la melodía hasta la última sintonía.
-Ya lo tengo –Dijo Jairo.
-Dar dos vueltas y seguir la sintonía de los pájaros
Cuando lo hice vi a la profesora delante de mí.
-¡Felicidades!, habéis pasado la prueba, y lo más importante
habéis descubierto vuestro Don.
Todos se fueron felices a sus casas, porque habían averiguado lo
más especial de ellos.
Todos somos únicos como
estrellas.
Dedicado a dos de mis mejores amigos Blas y David.
Participan:
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