lunes, 11 de abril de 2016

Microrrelatos ganadores del II Certamen Giner De Los Ríos

Aquí podeis leer los cuatro Microrrelatos que salieron ganadores del "II Certamen de microrrelatos Giner De Los Ríos"( 2015).




Primer premio categoría general, José Manuel Esteban martínez “El último Lance”



Jamás pensó Iván que su padre, un hombrecillo de aspecto tristón con el que rara vez coincidía, fuese aquel valeroso caballero que salía cada madrugada en busca de increíbles aventuras. Vestido de traje y corbata, como de costumbre, para no revelar a nadie su verdadera profesión, regresaba siempre bien entrada la noche, fatigado después de un día repleto de emociones e inimaginables experiencias.
  Iván siempre le aguardaba despierto, ansioso por escuchar las aventuras que su padre le relataba. Y mientras lo hacía, el niño imaginaba el aspecto de aquellas terribles criaturas a las se enfrentaba o los increíbles tesoros que custodiaban y que siempre lograba arrebatarles. Aquel efímero instante, tal vez por ser el único que ambos pasaban juntos, era para Iván el mas especial de todos cuantos experimentaba.

         Un mañana le sobresaltó la voz quebrada de su padre. Observó cómo salía de casa precipitado tal vez para enfrentarse a una nueva y peligrosa aventura. Sospechó Iván que no le esperaba una empresa sencilla. Y no erró. Supo después que el poderoso dragón al que se enfrentó se defendió de forma tan encarnizada que logró traspasar con su cola puntiaguda la férrea armadura hasta alcanzarle de lleno el corazón. 

         Y el corazón dejó de latirle solo por un instante.

         El caballero después, con voz temblorosa y el cuerpo todavía maltrecho, relataba aquel lance desde la cama del hospital.  El niño, sabedor que el valeroso héroe no volvería a enfrentarse jamás a otra aventura similar, tomó su libro de dragones y caballeros, aferró con fuerza la mano de su padre y le explicó que, puesto que su valía había quedado ya sobradamente demostrada, a partir de aquel momento ya no tendría que salir nuevamente en busca peligrosas aventuras. Ahora las vivirían juntos desde las páginas de aquel libro. Y para el bravo caballero, aquellas tardes ociosas que comenzaron a pasar juntos se convirtieron pronto en las más valiosas de todas las riquezas que jamás consiguió atesorar.





Segundo premio categoría general, María Llorens Muñoz, “Su primer viaje”




Mazen tenía que hacer la maleta. Apenas unas horas antes su madre le había dicho que debían partir hacia un destino desconocido. ¿Y qué debía llevar? ¿Y qué debía dejar? Era difícil que los 11 años de su existencia cupieran en aquella pequeña maleta roja que con tanto cariño le había regalado su abuela Hala en su octavo cumpleaños. Le había prometido que cuando tuviera la edad suficiente lo llevaría de viaje con ella. A él le gustaba mucho escuchar las historias que contaba sobre sus viajes por toda Asia y de los lugares tan maravillosos que había visitado como la ciudad de Petra en Jordania, la Cúpula de la Roca en Israel o las Ruinas de Persépolis en Irán. De ellos guardaba hermosas fotografías que recopilaba en un álbum que había confeccionado ella misma. Estaba seguro de que, si su abuela tuviera que hacer una maleta como la suya, lo primero que echaría sería ese álbum. Para él lo más difícil era tener que dejar allí muchas de sus pertenencias, como la edición especial de "El Principito" que su padre había comprado en un viaje que había realizado a Damasco. Era un niño al que le gustaba mucho leer y ese libro le había enseñado lo pequeño que es todo lo que poseemos comparado con la inmensidad, que siempre hay algo por lo que sentirse afortunado y que para ser feliz hace falta muy poco. Definitivamente ese libro tendría que llevárselo, pues releerlo, podría serle útil en ese futuro incierto que se avecinaba. Su madre volvió a llamar a la puerta, había llegado la hora de partir, dejar su tierra, su hogar, lo que siempre había conocido. Quien le iba a decir que su primer viaje sería una huída de ese infierno al que llamamos guerra.  



Primer premio categoría escolar, Hugo López Navarro (Alumno de quinto) “La aventura de Noa”



Por fin había terminado el cole, estábamos de vacaciones, se habían acabado los exámenes, eso me ponía muy contenta, aunque también triste porque me tenía que separar de mis amigas durante mucho tiempo.

Cuando llegué a casa mamá ya tenía las maletas preparadas así que monté en el coche.

El viaje fue largo y aburrido, me quedé dormida rápidamente, cuando desperté estábamos ya en el pueblo donde pasaría el verano.

Al bajar del coche vi en las escaleras del apartamento a una niña sentada leyendo un libro, era grande y tenía las tapas rojas, al pasar al lado de ella me saludó.

-Hola me llamo Noa.

-Hola- contesté y entré detrás de mis padres.

Por la ventana veía a Noa allí sentada sin parar de leer

- ¿Por qué no bajas a jugar con esa niña? -preguntó mi madre

- ¿Puedo? -dije yo

- ¡Claro!, yo colocaré tu ropa.

Así que bajé para conocer a Noa

- ¿Puedo sentarme contigo? -pregunté- Me llamo Olga

-Encantada de conocerte Olga, ¿quieres que leamos juntas?

-Sí, me encanta leer

-Pero cuidado, este es un libro muy especial, es un libro viajero, puede llevarte donde tú quieras.

- ¿Podría de verdad llevarme a cualquier sitio? Me encantaría visitar Londres-dije

Noa me dijo que cerrase los ojos, puso las manos sobre el libro y dijo en voz baja:

-Nos encantaría ir a Londres

Cuando volví a abrir los ojos no podía creérmelo, estaba en Londres, delante del palacio de Buckingham, con la guardia real y si me giraba podía ver el Big Ben, y autobuses de dos plantas, y cabinas telefónicas rojas…

Alguien me llamó por mi nombre y al volverme vi que era mi madre, había vuelto al mundo real, miré a Noa y sonreí ¿Dónde nos llevaría el próximo viaje?



                             HASTA EL PRÓXIMO VIAJE





Segundo Premio Categoría Escolar, Jesús Lorenzo Soriano (Alumno de sexto B), “La Prueba”


Era una mañana cálida y soleada, los pájaros volaban por el cielo celeste, y una brisa floral anunciaba la llegada de la dulce primavera llegando a Rueda Verde, una pequeña aldea perdida entre la espesura de la montaña, se situaba por el norte de Italia.- Ese día me despertaban.

-¡Jairo si no te despiertas vas a llegar tarde a la escuela!

-Vale mamá ya me despierto.

-Muy bien, vístete, yo te preparo el desayuno.

Yo era un niño tímido, con pelo castaño y ojos de un color almendrado, me gustaba mucho leer, cantar, y bailar.

-Me vestí y bajé a la cocina a desayunar.

-Copitos de maíz y leche ¡Mi desayuno favorito!

Me lo comí, y me fui al colegio.

En la aldea solo había un colegio, y cinco tiendas de comida.

Cruce el rio, pase por la colina y llegué.

Era un edificio hecho de madera con dos plantas, se llamaba: waterblue. Entré, y saludé a la profesora, se llamaba Nieves, era muy simpática, íbamos a sexto. Me senté con mis mejores amigos Blasco y Deivid.

 Deivid tenía 11 años de pelo rubio y ojos azules le encantaba la lectura, muchas veces nos intercambiábamos los libros, Blasco era un niño de la misma edad con ojos verdes, pelo marrón, le gustaba la música y el deporte de riesgo.

 José un señor de mediana edad, un poquito calvo pero ágil, el monitor que nos guía todos los años,  con el colegio a la montaña, a hacer un juego que nos enseña algo importante, todos esperamos impacientes esta excursión, este año el juego es: Las pistas.

-Esconderé ocho pistas por la montaña, y toda la clase tendréis que averiguarlas -dijo el monitor.

-La primera pista dice: un lugar de noche y de día, da la luz todos los días.

- … ¡Ya lo sé! –exclamó Deivid.

-Según mis cálculos tendría que estar en el lado paralelo de la montaña, ahí siempre da luz del sol y la luna –ahí estaba la pista.

- ¡Bien!

-La siguiente pista dice: escala la colina, muro de agua cristalina su secreto está detrás de la cortina.

- ¡Ya sé! –exclamó Blasco

-Escalare la colina hasta la cascada

Blasco escalo la colina y cogió la pista.

¡Hurra!

Leímos la última pista:

Entre árboles está, dos vueltas as de dar, sigue siempre la melodía hasta la última sintonía.

-Ya lo tengo –Dijo Jairo.

-Dar dos vueltas y seguir la sintonía de los pájaros

Cuando lo hice vi a la profesora delante de mí.

-¡Felicidades!, habéis pasado la prueba, y lo más importante habéis descubierto vuestro Don.

Todos se fueron felices a sus casas, porque habían averiguado lo más especial de ellos.

Todos somos únicos como estrellas.

Dedicado a dos de mis mejores amigos Blas y David.




Participan:










 

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